1 - La "puerta de los hombres" correspondĆa al solsticio de verano
DespuĆ©s como ha ocurrido tanto y tantas veces el cristianismo le ha dado su propio significado para que los rituales paganos fueran sacralizandos y transformados en celebraciones religiosas a fin de atraer al pueblo hacia el nuevo credo. La celebración del Samheim, por ejemplo –(los celtas celebraban el 31 de Octubre)- era la Puerta del Mas AllĆ”, pero la Iglesia la convirtió en la fiesta de Todos los Santos. Si nos fijamos en el simbolismo de Halloween, comprobaremos sin embargo que tiene mĆ”s de ritual celta que de cristiano. Pero este es solo un ejemplo, porque en realidad cada solsticio tenĆa su ritual y curiosamente la cristiandad a partir de la edad media, fue adoptando e incorporando a su liturgia las celebraciones que coincidĆan con las estaciones, con el fin de cristianizar el paganismo.
El tema es apasionante y extenso, pero vamos a centrarnos en la celebración de de San Juan la noche mas corta del año en el hemisferio norte. Próximamente iremos profundizando en cada una de las celebraciones paganas según se aproximen las fechas.
En los albores de la humanidad los primitivos habitantes del planeta comprobaron que a partir de un dĆa, (ellos desconocĆan la razón) el sol fue perdiendo fuerza y horas de luz hasta llegar el invierno en el que los rayos eran sumamente dĆ©biles y pensaron que un dĆa, el astro desaparecerĆa y no volverĆa mas; y temieron por su supervivencia; ellos no sobrevivirĆan si su luz, asĆ pues, comenzaron a invocarlo pidiendo protección mediante ritos y celebraciones. Y el Fuego fue la antorcha de oración, sĆmbolo de luz y de calor que alumbrando la oscuridad nocturna con la hoguera, atraĆa el favor del divino logo en la esperanza que los males se alejasen.
Los druidas llamaron a este ritual Alban Heruin. Y cada aƱo en la misma fecha para conmemorar el poder del sol, encendĆan hogueras y hacĆan rituales buscando la bendición para las tierras y sus frutos, asĆ como buenos augurios para los enamorados y fertilidad para las mujeres.
En Grecia este dĆa, y coincidiendo con el solsticio de verano, se dedicaba al dios Apolo. Los griegos encendĆan grandes hogueras de carĆ”cter purificador. Los romanos, por su parte, dedicaron a la diosa de la guerra Minerva unas fiestas con fuegos y tenĆan la costumbre de saltar tres veces sobre las llamas. Ya entonces se atribuĆan propiedades medicinales a las hierbas recogidas en aquellos dĆas.
Esta tradición se ha continuado a través de los siglos, como si fuera una pauta genética instalada en nuestra cadena de ADN. Veintiún siglos después realizamos en las mismas fechas durante esa noche, todo tipo de rituales relacionados con el fuego purificador que destruye el mal prolongando la vida y concediendo la prosperidad. En esta noche, la luz reina sobre las tinieblas, y desde todos los rincones del planeta se encienden hogueras en las calles, la gente baila y salta por encima del fuego donde se quema todo lo dañino y perjudicial con la esperanza y el sueño de un mañana mejor .
Una vez mas y sin importar de donde surgió la idea ni como la celebración cruzo el ocĆ©ano en uno u otro sentido, nos encontramos con que los pueblos de AmĆ©rica tenĆan rituales muy parejos a las nuestras y con el mismo objetivo.
En MĆ©xico, los guerreros aztecas estaban dedicados al sol y cooperaban con el en la “renovación de los fuegos”. Por su parte los Incas del PerĆŗ festejaban, el Inti-Raymi (o la fiesta del Sol) en la impresionante explanada de SacsahuamĆ”n, muy cerca de Cuzco. Justo en el momento de la salida del astro rey, el inca elevaba los brazos y exclamaba: “¡Oh, mi Sol! ¡Oh, mi Sol! EnvĆanos tu calor, que el frĆo desaparezca. ¡Oh, mi Sol!”, segĆŗn cuentan B. Ortega y A. Solares.
Siguiendo con la trayectoria global para los indues Indra es el fuego primordial y es adorado de la misma forma y en las mismas fechas. Las cenizas se conservaran por todo un aƱo y algunos de sus habitantes pueden leer el futuro mediante la formas de las llamas de las hogueras.
La Tradición bĆblica cuenta que ZacarĆas recibió en sueƱos al arcĆ”ngel Gabriel quien le notifico que iba a tener un hijo, pero nuestro contactado no lo creyó porque su mujer Isabel, era estĆ©ril: En castigo ZacarĆas quedo mudo, hasta el nacimiento de su hijo Juan que seria despuĆ©s el llamado Bautista. En agradecimiento a Dios, ZacarĆas repartió por el pueblo hogueras de fuego que el mismo saltaba por encima de las llamas mientras recitaba cĆ”nticos de bendición al altĆsimo y anunciaba el nacimiento de su hijo. Y eso es lo que la Iglesia catolica conmemora el 24 de Junio, el nacimiento de Juan Bautista.
Pero con cristianismo o sin el, en la Europa mediterrĆ”nea, nuestros antepasados cuando llegaba el verano hacĆan
limpieza de sus casas a fin de desinfectar de parĆ”sitos y alimaƱas sus hogares. AsĆ pues, el dĆa del solsticio sacaban a la plaza del poblado aquellas pertenencias viejas y deterioradas que se habĆa convertido en inĆŗtiles para su uso y mediante un ritual purificador invocaban a sus divinidades, aƱadiendo hierbas aromĆ”ticas a la gran pira de despojos, para que atrajeran salud y prosperidad al pueblo, y una vez todos reunidos en torno a esta enorme falla cósmica prendĆan fuego mientras cantaban y bailaban en ofrenda generosa a la divinidad del sol.
En otras tradiciones era costumbre entrar en el rĆo o en el mar para purificarse de todas sus faltas y despuĆ©s daban tres vueltas en sentido contrario a las agujas del reloj alrededor de la hoguera para “deshacer el mal” mientras cantaban las odas rituales que los mĆsticos de la Ć©poca habĆan creado para la ocasión acompaƱƔndose con sus instrumentales. Para completar la fiesta, realizaban un gran banquete, en el que relataban su tradición trasmitida de padres a hijos, recitaban su historia, batallas y logros en forma de poesĆa y compartĆan y confraternizaban entre todos ellos sin hacer diferenciaciones.
Hay otras muchas tradiciones de esta noche en el mundo como estas pero son bastantes similares entre ellas.
Entre los berĆ©beres de Ćfrica del norte (Marruecos y Argelia) durante la fiesta llamada Ansara el 24 de junio, encienden aun hoy en dĆa hogueras que producen un denso humo considerado protector de los campos cultivados. A travĆ©s del fuego, como si de un sahumerio se tratara purifican los objetos y utensilios mĆ”s importantes del hogar. Los berĆ©beres las encienden en patios, caminos, campos y encrucijadas y queman plantas aromĆ”ticas. PrĆ”cticamente ahuman todo, incluso los huertos y las mieses. Saltan siete veces sobre las brasas, pasean las ramas encendidas por el interior de las casas y hasta las acercan a los enfermos para purificar e inmunizar el entorno de todos los males. Lo cierto es que esta costumbre berebere de celebrar el solsticio es preislĆ”mica porque se basa en el calendario solar, mientras que el musulmĆ”n es lunar.
2 - ¿Cual es el simbolismo de esta noche aparentemente magica?
La Tierra le muestra su hemisferio norte al Sol, y este queda justo sobre el Trópico de CĆ”ncer, donde se reciben mĆ”s directos los rayos del Sol, razón por la cual este dĆa tiene quince horas de luz y por ende la noche es mĆ”s corta con siete horas...
TambiĆ©n es cierto que el solsticio marca el comienzo de una nueva etapa climĆ”tica que es el verano, Ć©poca de fructificación de las semillas sembradas en Marzo. Para nuestros ancestros esto significaba “supervivencia de la especie” y lo celebraban agradecidos a la madre naturaleza.
Para nosotros el sol es Luz que vivifica, es la fuerza sanadora, es potencia fĆsica, es la energia masculina en su mĆ”s alta vibración; recordemos que entre los egipcios el sol equivalĆa al sĆmbolo divino de Dios. Sin el los humanos no podemos sobrevivir. En los arquetipos el sol es la conciencia, mientras que el signo de cĆ”ncer, fecha en que se produce el solsticio es el elemento Agua, es la madre, es la energia femenina, es la creatividad y el Ćŗtero cósmico en donde se gesto la creación y en suma es la Luna.
Asà pues ya tenemos los elementos bÔsicos de la magia. Energia masculina de la accion, con la energia femenina lunar interiorizadora del mundo de los deseos. La unión de los polares. El cielo y la Tierra, el hombre y la mujer.
Prendemos fuego en la noche invocando la fuerza regeneradora que llegara con el amanecer del dĆa mas largo del aƱo. Este es el simbolismo del solsticio, la verdadera razón de todas las celebraciones mĆstico-religiosas del mundo en esa fecha.
Si hablamos en términos globales, pensemos el poder que tiene una noche en la que a la misma hora en cualquier parte del planeta los humanos actúan invocando la protección, la luz, y el amor. No importa la hora que marque el reloj en una parte del planeta; a las 12 de la noche en cualquier lugar del mundo se crea una cadena continuada de oración y magia, de ritual y pasiones, de creación y deseos que comienza a medianoche en un extremo del globo y termina 24 horas mas tarde en función del horario solar en el otro extremo. Cualquier cosa que se pida esa noche los efectos seran multiplicados. Independientemente de los poderes ocultos que flotan en el ambiente, la magia esta en el numero de almas invocando desde algún lugar de la Tierra a la Luz que disipa las tinieblas. En esa mÔgica noche, todo puede suceder son unas horas en las se abren de par en par las invisibles puertas del "otro lado del espejo".
PodrĆamos hablar de cómo la vibración del fuego hace salir de su escondite a duendes, hadas y elfos en baile de fantasĆa con dragones, salamandras, y kenders ya sea en castillos encantados, o bosques mĆ”gicos, pero la mayorĆa de nosotros no tenemos acceso a esa visión mientras que si podemos percibir las de nuestro compaƱero de viaje en confraternización generosa, y mano con mano unidas en un unico deseo, abren las puertas de la armonia y una vez mas el Amor desciende a la tierra. Eso en si mismo ya es de una de una belleza incomparable. La atmósfera se carga de un aliento sobrenatural y es el momento propicio para sentir escalofrĆos, estremecernos, ilusionarnos y alucinarnos.
Esta noche donde nuestros espĆritus palpitan de magia pura, es uno de los momentos del aƱo en el que los corazones se aproximan mĆ”s generosamente, tanto si se trata de grupo familiar, de amistad, o espiritual, porque hay un objetivo comĆŗn: la esperanza de un maƱana mejor.
3 - Las celebraciones actuales
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